Una mañana fría de Enero, ella abrió la puerta de su casa, y al
salir a la calle se sintió observada. Como un gesto impulsivo giro la cabeza, y
le vio. Se miraron, y ella siguió su camino.
Cuando regresó, él seguía allí.... deseando volverla a ver. Ella
no dijo nada, y entró en su casa. Una vez dentro, y sin pensar en las
consecuencias, abrió la puerta y se dirigió a él. Tenía aspecto de no haber
comido en días. Le observó más y entonces se dio cuenta de que no tenía a donde
ir.
Le ofreció entrar en su casa. Le daría comida, bebida y un lugar
para pasar la noche.
No comió. ¡Devoró!. Bebió agua como si no lo hubiera hecho en
años. El no decía nada. Tan solo con la mirada ella sentía el profundo
agradecimiento que la estaba transmitiendo.
Esa noche se quedo a dormir. No se podía creer que por fin
alguien le hubiera ofrecido resguardarse del frío, de la lluvia... Se sentía
inmensamente feliz. A salvo.
A la mañana siguiente, no quiso seguir abusando de la confianza.
Se disponía a marcharse. Estaba ya al lado de la puerta, cuando ella salió de
su habitación.
- ¿Te marchas? ¿a dónde irás? No puedo dejar que te vayas.
Necesitas ayuda....
Él volvió a hacerlo. La miró como nunca antes la habían mirado.
Esos ojos lo decían todo.
Ella vio manchas de sangre en el suelo. Estaba herido, estaba
sangrando. La noche anterior no se percató de nada... Y él no se quejaba. La
comida, la bebida y la hospitalidad habían hecho que olvidara sus graves
heridas.
Entonces se desplomó. Allí mismo. Ella se sintió confusa. No
sabía qué hacer. Se acercó, noto que respiraba pero estaba perdiendo mucha
sangre.
Como pudo, arrastrándole... le metió en el aseo. Le limpió. Le
curó con lo que tenía en su botiquín.. pensaba “¿pero.. quien te ha hecho
esto...?”. En su cuerpo tenía varias quemaduras, parecían de cigarro y muchos
cortes, algunos más profundos...
Así no podía trasladarle a ningún sitio, por lo que decidió
hacerle una cura, aunque fuera provisional para evitar que siguiera perdiendo
sangre, y cuando despertara, se ocuparía de llevarle al sitio adecuado.
Le dejo en un lugar cómodo, y esperó.....
Ese día no despertó. Durmió y durmió... Ella le observaba y
notaba la paz, el sosiego, la tranquilidad.... Estaba hambriento, agotado,
malherido.. y ella empezaba a cogerle cariño. Él no la había entregado nada,
ofrecido nada.... pero sus ojos, volvió a pensar, lo decían todo...
Al fin, al día siguiente se despertó. Ella estaba a su lado. No
había dormido nada, sólo le miraba....
Y entonces fue cuando se lo dijo: "Quiero que te quedes.
Que estés a mi lado...."
Esos ojos... se empañaron. No salieron lágrimas, pero ella
sintió la alegría en ellos, la gratitud, el cariño.... Estaba ansioso de amor.
Sin más, se abalanzó sobre ella como nunca lo había hecho con
nadie, era un sentimiento nuevo para él... ella cayó sobre la alfombra.. le
tenía encima.... aquella reacción la pillo por sorpresa.... su mente se quedo
en blanco....
.... y entonces fue cuando él empezó a darle LAMETONES por toda
la cara. Era su manera de decir ¡¡TE QUIERO!!!
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