viernes, 21 de septiembre de 2012

A través del cristal



Sentada en su mecedora, veía pasar los días...

Siempre la misma ventana, pero no el mismo paisaje. Había días con luz, otros eran grises, otros lluviosos....

Vivía tranquila, sosegada... hacía lo que quería hacer...

Para muchas personas era una infeliz. “Por qué no sale?” “siempre está encerrada”.....murmuraban, pero ella era inmensamente feliz!!

Tenía familia, y aunque vivía sola, no estaba sola. Sus hijos la recriminaban que nunca era ella la que les visitaba. La “obligaban” a salir... pero ella no cesaba en su empeño: hacía lo que quería hacer.

Tenía dos gatos y esa era toda la compañía que necesitaba.

Su casa era grande, con un inmenso jardín lleno de naranjos y de margaritas. Curiosa combinación,... era su fruta favorita y también su flor. Tenía lo que quería tener.

Un día de verano se encontraba rodeada de los suyos. Su casa era muy cómoda y podían reunirse mientras que los niños jugaban en el jardín....

El más pequeño de sus nietos, Marcos, se acerco a su mecedora y la preguntó:

- Abuela, ¿por qué nunca sales?
- Porque no necesito salir.
- Ya, pero hay que salir para ir a comprar, para caminar....
- No necesito nada....
- Abuela, pero no lo entiendo. Es como si estuvieras esperando a alguien mirando siempre en la misma dirección... Mi padre está preocupado por ti porque cree que te pasa algo...
- Hablaré con tu padre. No hay motivo de preocupación.. y si, a tu pregunta de si espero a alguien, mi respuesta es que si, y sé que vendrá, por eso no quiero dejar de mirar...

El niño se encontraba confuso... No podía estar esperando a su abuelo porque murió hace mucho tiempo y sabían de sobra los dos que no vendría... No quiso quedarse con la duda.

- Abuela, ¿me puedes contar a quien esperas?
- Cómo no cielo. Ven.. ven a mi lado....

Y empezó a contárselo....

- Tu sabes que yo he tenido tres hijos ¿verdad? tu papá y los tíos Daniel y Pedro. Les he enseñado a andar, a hablar, a comer, a reír, a llorar, a jugar, a pedir perdón, a desilusionarse,... y hasta a rezar... Sé que no les he enseñado todo lo que saben, pero si mucho de ello.. y estoy muy orgullosa de mis tres hijos. La felicidad plena me llego de vuestra mano: de mis nietos que sois todos vosotros.. Cada vez que llegabais uno, me hacía más y más feliz...
- Abuela, pero no lo entiendo.. ¿qué tiene que ver todo ésto con saber a quien esperas mirando por la ventana?
- Tranquilo.... todo llega... Esto te lo he contado para que puedas entender lo que tengo que decirte. Yo he sido primero hija, después esposa, más adelante fui madre y ahora soy abuela. Cuatro títulos en una vida. Cada uno especial, cada uno diferente y ninguno mejor que otro. Ya no tengo más títulos que ganar...
- Si abuela, te queda el de bisabuela..
- Bueno..ja ja... ese podría ser, pero no pretendo llegar a tenerlo. Tengo cuatro títulos que los he podido disfrutar. He tenido la gran suerte de poder saborear cada instante y celebrar el comienzo de cada una de esas etapas.. si viene.. el de bisabuela, lo aceptaré, pero si no viene, no me importa porque creo que no podría disfrutarlo como he disfrutado los anteriores, y seguramente, si no tengo facultades, en lugar de alegría me produciría tristeza.....
- Sigo sin comprenderlo abuela...
- Lo vas a entender ahora mismo Marcos: Miro por esa ventana porque me transmite paz, porque en esta casa he vivido desde siempre, con tu abuelo, la levantamos juntos, tuvimos a tu padre y a tus tíos aquí, en mi dormitorio. Les he visto crecer... Esta casa es mi vida.. esa ventana y lo que veo a través de ella es todo lo que tengo y lo que he tenido... y cuando estoy sola y miro por ella veo a tu padre jugar con sus hermanos, veo a tu abuelo, me veo a mi llevándoles las galletas recién hechas que tanto les gustaban... os veo a vosotros cuando erais aún bebes... cuando nos dieron la noticia tus padres de que estabas en camino.... Veo toda mi vida a través de ese cristal... Y cuando llovía sacábamos el toldo impermeable y comíamos debajo de él resguardándonos de la lluvia. Y cuando hacía sol, tu abuelo sacaba una manguera y jugábamos todos bajo el agua... Yo siempre decía “Mirar...!! Estoy tocando el arco iris con la mano...” y es que se formaban colores en las gotas de agua cuando brillaban por el sol.. Y tu padre venía corriendo.. “a ver.. a ver” “Es verdad! mamá toca el arco iris con sus manos”.. Y esa noche me veían como su ídolo, y se lo contaban a sus amigos....

En primavera, jugábamos a la pelota, montábamos en bici.... y en otoño yo les contaba que los árboles y las plantas se ponían un abrigo marrón.....
Esta ventana es mi vida.
- Pero no comprendo una cosa abuela.... ¿estamos todos aquí contigo, por qué no sales con nosotros a jugar?
- Yo ya he jugado muchísimo, y he reído, y he disfrutado..... Ahora sólo pido que mis hijos no sean los que me tengan que enseñar a hacer todo aquello que yo les enseñé cuando eran pequeños. Ellos tienen que enseñaros a vosotros, pero no a mi. Ha llegado el momento de tener sólo aquello que quiero tener, y de hacer sólo aquello que quiero hacer, y eso es: mirar por la ventana.... Sé que un día vendrá.. si es invierno me pedirá que le ayude a poner el toldo para no mojarnos. Si es verano, me entregará ese arco iris para que lo toque con la mano..... Si es otoño caminaremos bajo ese manto marrón, y si es primavera disfrutaremos del olor de las flores.... No se cuándo, pero sé que vendrá a buscarme, porque después de haber hecho todo lo que he hecho lo que ahora realmente quiero, es irme con él...

Por eso miro por la ventana, porque os veo a todos, y porque le espero a él.... Anda.. y ahora ve a jugar, déjame descansar un ratito....
- Vale abuela. Te quiero.

La dio un beso y salió al jardín.

Se puso a jugar con la pelota, y vislumbró una figura al trasluz. Se llevo la mano a la frente para protegerse del sol y ciñendo sus ojos, la vio..

- ¿Abuela?? Has salido!!! Ven... ven a jugar conmigo....
- No cariño, estoy cansada. Recuerda siempre, siempre lo que te he contado hace un rato cuando estabas sentado a mi lado...
- Si abuela. Voy a buscar a papá.....

- PAPÁAA...PAPÁAAA.... LA ABUEL....¿papá??... ¿por qué lloras, papá?...
- La abuela ha muerto Marcos. Sentada en su mecedora, como si estuviera durmiendo.....
- ¿muerto??...

Giró rápidamente su cabeza, miro por la ventana, y vio esa silueta perderse en el reflejo del sol... pero no iba sola.. alguien iba con ella de la mano...

- Papá, no estés triste. La abuela me contó una historia, una historia con final feliz.... ¿quieres que te la cuente?.

- No Marcos.. ahora no es el momento....

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