martes, 25 de septiembre de 2012

A través de una rendija


Él la manejaba a su antojo, como quería.... La sacaba a la calle, la enseñaba como si fuera un trofeo.

A veces se enfadaba porque las cosas no salían como él había previsto, y lo pagaba con ella.... otras lo celebraban juntos, y aunque ella sólo miraba, era feliz viéndole disfrutar.

Es increíble cómo, después de tanto tiempo juntos, las cosas pueden terminar así.

Su historia es sencilla, como tantas otras, pero a la vez compleja, muy compleja y para muchos seguramente, sin píes ni cabeza.

El azar hizo que sus caminos se juntaran un día. Hace tiempo. Ninguno lo buscaba, pero sin querer, se encontraron.

Los comienzos fueron duros. Días con sus noches de aprendizaje... Ella pensaba que lo bueno de trabajar en equipo es que poco a poco lo conseguirían..

Y lo consiguieron... Fueron años de dicha, de éxitos, de riqueza. Allá donde iban ¡¡lo conseguían!!!! Ella lo era todo para él: la mimaba, la cuidaba...... Ella le miraba y, aunque no lo exteriorizaba, se sentía radiante, feliz, grande, enorme...¡¡¡descomunal!!!!.... Por fin había conseguido triunfar. Estaba en lo más alto y tocaba el cielo con los dedos. Era la primera vez que se sentía así....

Pero no contaba con que todo momento dulce, puede llegar a amargarse....

Él empezó a beber. Después de un día glorioso se iba a celebrarlo, sin ella. Ella le veía alejarse bien vestido, con ese porte que le caracterizaba, con su mejor sonrisa... y volvía arrastrándose.... a veces acompañado por mujeres, otras le traían entre dos hombres y le dejaban caer encima de la cama. Ella se sentía impotente por no poder hacer nada....

Había días que no se despertaba y prácticamente empalmaba un día con el siguiente. Esos días no salían a actuar..... No siempre ocurría, pero poco a poco esos días empezaron a ser frecuentes....y llego un momento en que era lo habitual.

Tenían dinero... podían subsistir, pero.... todo se acaba, y se terminó.

Una mañana él resacoso y malhumorado, la emprendió con ella. Pagó su situación con ella. La golpeó, con las manos, contra la pared, contra el suelo..... ella no se quejaba. Nunca se había quejado..... Sufría, sufría mucho, pero las veces que era feliz, que había sido feliz compensaban los malos momentos, porque nunca antes había llegado a tocar el cielo con los dedos, y eso lo había conseguido gracias a él, y sólo por ese motivo le estaba eternamente agradecida, a pesar de los golpes, de las patadas, de dejarla tirada en un rincón.... a pesar de todo eso, ella sólo tenía una palabra para él: GRACIAS.

Y esta es su historia.... El destino les unió... y el destino fue el que les separó...

Esa noche, esa última noche... él volvió como tantas otras, borracho, tambaleándose... aunque solo. Esta vez nadie le acompañaba. Ella le miraba.... sentía lástima por él. Lo había tenido todo, y ahora no tenía nada. Sólo la tenía a ella, aunque él no se daba cuenta.

Está vez nadie le dejo caer sobre la cama. Él solo se desplomó. Calculó mal y cayo al suelo. A gatas intento incorporarse, y en uno de esos intentos, la alcanzó con una fuerte patada....

Y la gritó “¡¡ESTÚPIDA!!! Quita de en medio... Lo único que haces es incordiar y molestar. No sirves para nada”.

Ella desde el suelo le miró. Sus ojos se cerraron y un nuevo manotazo, hizo que volvieran a  abrirse... La encerró... Él por fin consiguió tumbarse en la cama.. y ya no despertó.

Los ojos de ella se asomaron por esa rendija... esa rendija casi diminuta que él había dejado... y le vio dar el último suspiro antes de convertirse en un cuerpo inerte.

Ella no podía llorar, pero lloraba y aunque no podía sentir, sentía.

A través de esa rendija había visto tantas y tantas cosas....

Sabía que permanecería encerrada hasta que alguien, por azar, la encontrara. Sabía que ya no era la misma, esos golpes la habían dejado secuelas, seguramente irreparables. No podría volver a tocar el cielo, pero no la importaba..... porque ya lo había tocado, lo había tenido entre sus dedos, y sólo ya por eso había merecido la pena pasar por todo lo que había pasado.

Era una simple marioneta..... Sus hilos se intercalaban siendo lágrimas y sonrisas.

Una simple marioneta, que había dejado de bailar....




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